¿Por qué gana mucho y pierde?

La Ilusión de la Tasa de Victoria

Observé el pitido final de la temporada pasada: el Arsenal tenía un 87% de victorias en su tercio ofensivo, pero falló en los play-offs. En papel, parecía impecable. En realidad, era una ilusión estadística. Su xG por tiro fue uno de los más bajos de la liga. Ganaron partidas y errores del rival, no por una estructura sólida.

La Anomalía de Ødegaard

Martin Ødegaard no es solo otro extremo. Es un pivote central zurdo con alta capacidad de pases bajo presión. Pero el Arsenal no lo fichó para corregir la posesión—lo hizo para llenar un vacío en su modelo: confundieron ‘ataque’ con ‘anchura’. Sus asistencias esperadas por 90 minutos? Solo 1,4—por debajo del promedio. ¿Su movimiento sin balón? Ahí nacen los goles.

El Modelo que Falló

Entrenamos nuestros algoritmos en transiciones defensivas de la NBA: el espacio > anchura importa más que la velocidad. ¿Pero aquí? Pagaron £52M por músculo, no por mente. Su pipeline ignoró la entropía posicional: las carreras no rastreadas detrás de los mediocentros, los vacíos silenciosos donde nacen los goles. No puedes predecir resultados persiguiendo estadísticas—debes entender la distribución de probabilidad.

¿Por qué importa esto?

No se trata de tarifas o emoción fanática—es sobre inercia institucional en el análisis futbolístico. Los clubes contratan basados en métricas visuales, no estructurales. Necesitamos entrenadores que vean más allá de los titulares—datos que mapean movimiento, no titulares que venden miedo.